En la víspera del Día de Todos los Santos, una noche que tradicionalmente está impregnada de risas infantiles y golosinas, el barrio Ciudad de Quito en Soacha se convirtió en el escenario de una tragedia que ha estremecido a toda la nación colombiana. Jefferson Alexander González, un joven padre de 29 años, caminaba alegremente con su hija de tres años, compartiendo el espíritu festivo que caracteriza a Halloween. Sin embargo, la apacible velada se vio truncada por un acto de violencia sin sentido.
Alrededor de las 19:20 horas, un individuo con el rostro oculto por la capucha de un buzo gris se aproximó a la pareja. En un giro inesperado del destino, sacó un arma y disparó tres veces a quemarropa. Jefferson González perdió la vida en el acto, mientras que su pequeña hija, aferrada a su mano, milagrosamente resultó ilesa.
Las impactantes imágenes, captadas por una cámara de seguridad, revelan el instante en que padre e hija caen juntos al suelo, unidos en un último gesto de protección. Estas imágenes han reverberado en el corazón de la sociedad colombiana, provocando una ola de indignación y tristeza que se ha extendido por todo el país.
La respuesta de las autoridades no se hizo esperar. En una rueda de prensa sobria pero cargada de determinación, el comandante de la Policía de Soacha, Diego Vázquez, anunció la detención de un hombre de 23 años, con antecedentes por tráfico de drogas y porte de arma, como el presunto sicario. Se presume que este individuo, oriundo de Cúcuta, fue instrumentalizado para perpetrar este horrendo acto.
Durante el allanamiento de un edificio en la Comuna 1 de Soacha, en el barrio Ciudad Latina, a escasas cuadras del lugar del crimen, la policía incautó un arma de fuego de tipo traumático, modificada, junto con munición de diferentes calibres. Asimismo, se encontró una motocicleta que se presume fue el vehículo utilizado para consumar el homicidio. El conductor de la moto aún permanece prófugo, una pieza clave en este rompecabezas macabro que las autoridades están resueltas a resolver.
Aunque se ha especulado sobre un posible motivo pasional, las autoridades han enfatizado que la madre de la niña no está vinculada a la investigación. Según el coronel Vázquez, las indagaciones apuntan hacia dos individuos de nacionalidad extranjera, que podrían estar detrás de este trágico asesinato. La policía está trabajando incansablemente para obtener órdenes de captura en su contra.
Jefferson Alexander González, la víctima de este espantoso crimen, era un hombre sin antecedentes penales, dedicado al transporte entre Bogotá, Soacha y Medellín. Había regresado a Cundinamarca tras uno de sus viajes a la capital antioqueña, buscando disfrutar de la noche de Halloween en familia, un momento que ahora quedará empañado por la oscuridad de esta tragedia.
En medio del dolor y la consternación, la comunidad se ha unido para exigir justicia para Jefferson y apoyo incondicional para su hija, quien ha vivido una experiencia que ninguna niña debería experimentar. Las autoridades, en colaboración estrecha con la ciudadanía, trabajan sin descanso para llevar a los responsables ante la justicia y, así, ofrecer un atisbo de consuelo a una familia que ha sido marcada de por vida por esta terrible pérdida. La nación entera observa con el corazón en vilo, anhelando que la justicia prevalezca y que el legado de Jefferson sea recordado con el respeto y la dignidad que merece.
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