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Tras el hallazgo, el pasado fin de semana, de los restos del cuerpo de Émile, el pequeño que desapareció en julio en Le Vernet, han ido saliendo a la luz nuevos datos acerca del caso.
Hay que recordar que los restos constan, tan solo, del cráneo del infante, el cual fue encontrado por un excursionista, que lo llevó en su bolso hasta la gendarmería. Actualmente ya contamos con los primeros datos sobre la autopsia y estudios antropológicos.
Con los restos de los que disponen las autoridades, no ha sido imposible identificar la causa de la muerte. Sin embargo, si se ha podido conocer que estos restos no fueron enterrados, además de que presentaban varias marcas de haber sido mordidos por animales, lo que señala una prolongada exposición a la intemperie.
Los restos del cráneo no presentan ningún tipo de fractura o lesión que pudiera indicar que Émile falleció por un golpe en la cabeza. Hay algunas fracturas presentes, pero estas se produjeron tras el fallecimiento.
Ahora mismo se investiga si los restos fueron o no trasladados en algún momento, o si, por el contrario, permanecieron allí siempre. Se especula que las condiciones meteorológicas pudieran haber favorecido el desplazamiento de los restos mediante la acción de la lluvia.
A unos 150 metros de los restos se han ubicado las ropas que el pequeño llevaba cuando desapareció. La ropa ha aparecido aislada, sin estar asociada con ningún resto visible del infante, aunque aun están pendientes de ser analizadas.
Un comentario
De momento, la fiscalía y la Gendarmerie no descartan ninguna hipotesis : la caída accidental, el homicidio accidental y el homicidio voluntario. Sólo puedo expresar mi más profundo respeto a los padres del pequeño Emile, tan dignos en su inmenso dolor.