En un incidente que ha conmocionado al centro de Dublín, al menos tres menores y dos adultos resultaron heridos en un aparente ataque con arma blanca cerca de un colegio. La Policía irlandesa (Garda) ha informado que el suceso, ocurrido alrededor de las 13:30 horas GMT, no parece tener vínculos con el terrorismo y se trata, aparentemente, de un «ataque independiente».
Un hombre de unos 50 años, detenido en el lugar del incidente, es sospechoso de haber apuñalado a una mujer, tres menores y de autolesionarse con un arma blanca. Entre los heridos, se encuentra una niña de cinco años en estado grave y una mujer de unos 30 años, trabajadora del centro escolar, que está siendo tratada por «lesiones graves». Los otros dos menores se encuentran fuera de peligro.
La Garda está llevando a cabo una investigación para esclarecer los motivos detrás de este acto violento. El superintendente de la Garda, Liam Geraghty, ha señalado que, por el momento, no están buscando a otras personas en relación con el ataque y que el sospechoso está hospitalizado, a la espera de ser interrogado.
El incidente ha desencadenado disturbios en la ciudad, con individuos de «extrema derecha» atacando a la Policía irlandesa. El jefe de la Garda, Drew Harris, ha condenado estos actos, describiéndolos como «vergonzosos» y atribuyéndolos a «una facción de gamberros» con «ideología de extrema derecha». Harris también ha instado a la ciudadanía a no difundir rumores en las redes sociales sobre la identidad del atacante, calificándolos como «información malintencionada» promovida por grupos con sus propios fines.
La Garda mantiene una línea de investigación definida y continúa trabajando en esclarecer los detalles de este trágico suceso en pleno corazón de la capital irlandesa.
De acuerdo con la policía, más de 400 agentes, muchos de ellos con equipo antidisturbios, fueron desplegados en el centro de Dublín para contener la agitación, que dijeron fue “causada por un pequeño grupo de rufianes”. También se instaló un cordón policial alrededor de Leinster House, sede del Parlamento irlandés, y agentes de la Unidad Montada de Apoyo se encontraban en la cercana Grafton Street.
Hubo choques con la policía antidisturbios, y algunos manifestantes lanzaron bengalas y fuegos artificiales, mientras que otros agarraron sillas y taburetes que se encontraban afuera de bares y restaurantes.
Varios vehículos de la policía y un tranvía fueron dañados durante los disturbios. Un autobús y un automóvil también fueron incendiados en el puente O’Connell de la ciudad.
Las vitrinas de las tiendas fueron sistemáticamente destrozadas, y una tienda de Foot Locker fue saqueada. Se suspendió todo el transporte público de la ciudad —tranvías y autobuses—, y muchas empresas instaron a su personal a trabajar desde casa el viernes.
“Tenemos una facción de hooligans completamente lunática impulsada por ideología de extrema derecha, y también esta tendencia disruptiva implicada en graves actos de violencia”, declaró el jefe de la policía irlandesa, Drew Harris.
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