El crimen de las 23 puñaladas

La tranquilidad del lunes último en Balvanera se vio eclipsada por el descubrimiento espeluznante en el departamento de Marianela Rago. La joven, prometedora estudiante de periodismo, yacía degollada en su hogar, desatando una cascada de acontecimientos que develarían una historia llena de horror.

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La investigación tomó un giro sombrío el martes siguiente, cuando los expertos del Cuerpo Médico Forense realizaron la autopsia al cuerpo de Marianela. Los resultados revelaron una resistencia feroz por parte de la víctima, evidenciada por cortes defensivos en manos y rostro. Las lesiones extendidas en el hígado y traumatismos craneales pintaron un cuadro de brutalidad que estremeció a los investigadores.

El relato de la violencia se tornó aún más desgarrador cuando se desentrañaron los detalles del ataque. El agresor, aparentemente, sometió a Marianela de manera despiadada, colocándola boca arriba en el suelo y ejerciendo fuerza sobre sus brazos. Marcas en el cuello sugerían un intento previo de asfixia antes del fatal degüello con una cuchilla de cocina, dejándola prácticamente decapitada.

Francisco Amador el asesino

La noche del mismo día, la Policía Federal llevó a cabo un allanamiento en Corrientes al 4500, deteniendo a un joven de 23 años y ex novio de Marianela como sospechoso del brutal asesinato. El individuo, originario de Tierra del Fuego, ya estaba en el radar de las autoridades debido a un historial familiar oscuro.

Los detalles que emergieron revelaron un pasado marcado por la violencia familiar. El padre del sospechoso, Sergio Amador López, cumplía condena perpetua por el asesinato a golpes de otro de sus hijos. Denuncias adicionales de maltrato arrojaron luz sobre la historia tenebrosa que rodeaba a la familia.

El día del juicio, el fiscal general Sandro Abraldes presentó un alegato estremecedor. Calificó el crimen como un «homicidio cometido con alevosía y ensañamiento». Detalló que el agresor, Francisco Amador, de 36 años, perpetró el ataque con una cuchilla de cocina, infligiendo a Marianela 23 puñaladas antes de degollarla. Este alegato situó el caso en la categoría de femicidio, subrayando la gravedad del crimen.

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La sala del juicio fue testigo de momentos desgarradores cuando la familia de Marianela, visiblemente afectada, escuchó la solicitud del fiscal de una pena de prisión perpetua para el acusado. Además, se pidió que, en caso de condena, se revoque la excarcelación del sospechoso y se disponga su prisión preventiva.

El caso de Marianela Rago ha provocado una profunda reflexión en la sociedad sobre la violencia de género y la necesidad apremiante de abordar sus raíces. La historia de horror que rodea este femicidio resuena como un llamado urgente a un cambio cultural y legal que garantice la seguridad y dignidad de las mujeres, recordándonos la importancia ineludible de la justicia en casos tan atroces como este.

Despúes de 13 años se hace justicia. Cadena perpetua por femicidio.

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