Un Monstruo en Libertad

Joaquín Ferrándiz, el violador de Castellón saldrá en libertad

Joaquín Ferrándiz sale de prisión

¿Puede un depredador psicópata integrarse en la sociedad? ¿estamos realmente preparados para compartir asiento en el autobús, o esperar una cola en el metro, junto a un asesino en serie? ¿Cómo puede el ciudadano protegerse ante un peligro que ni sabe que lo acecha?

Estas y otras muchas preguntas seguirán sin respuesta el próximo día 22 de julio de 2023, día en el que se dará por saldada su deuda con la sociedad de uno de los asesinos más temidos y siniestros de nuestro país. Justo al día siguiente, si nada lo impide, y parece ser que nada lo impedirá, abandonará la prisión de Herrera de la Mancha, hogar de muchos de los peores seres que han caminado por nuestras ciudades, Joaquín Ferrándiz, más conocido como «El Violador de Castellón«.

Joaquín Ferrándiz, imagen de Google Imégenes

¿Quién es Joaquín Ferrándiz?

Joaquín Ferrándiz Ventura nació en 1963, en la provincia de Valencia. Su andadura criminal comenzó pronto, a los 26 años de edad, en 1989. Atropelló deliberadamente a una joven motociclista de 18 años llamada María. No llego a terminar con su vida, aunque si le provocó la rotura de su tobillo. Haciéndose pasar por un buen samaritano, se disculpó por lo sucedido y se ofreció a acercarla al hospital, sin embargo, cuando la chica se montó en su vehículo, este aprovechó para llevarla a un lugar aislado, donde abusó sexualmente de ella, para posteriormente abandonarla cerca del hospital. Ferrándiz fue entonces identificado por otro conductor que fue testigo del accidente.

Se le detuvo y sentenció a 14 años de prisión por este delito, aunque estuvo muy poco tiempo entre rejas, ya que en 1995 fue puesto en libertad, tras una campaña de amigos y compañeros que proclamaban su inocencia.

Tras ser liberado, se trasladó a Castellón de la Plana, donde vivía su madre y comenzó a trabajar vendiendo seguros de coches.

Sonia Rubio, su siguiente víctima, fue vista por última vez a las 5 de la mañana del 2 de julio de 1995, saliendo de una discoteca de Benicasim. Pretendía llegar andando a casa de sus padres, que vivían aproximadamente a 1km. Su cuerpo fue encontrado el 20 de noviembre, entre unos matorrales, cerca de la carretera de Benicasim y Oropesa del Mar. La chica se encontraba semidesnuda, con las manos atadas y la boca tapada con cinta adhesiva.

El 14 de septiembre del año siguiente, 1996, la chica desaparecida sería Amelia Sandra García, de 22 años de edad. Fue vista por última vez saliendo de la discoteca «Aquí me Quedo», de Castellón. Su cuerpo fue encontrado, también a medio vestir y con las manos atadas, en un estanque de Onda, el 19 de febrero de 1997. Este crimen fue vinculado al anterior, pues el modus operandi parecía coincidir.

En 1998 intentó hacer una réplica de su primer delito, provocando un accidente con otra motociclista, pero esta vez la chica se defendió y logró huir. Esto hizo que, gracias a su testimonio, los investigadores de la guardia civil tuviesen una descripción del agresor y parte de la matrícula de su coche. Los agentes organizaron una operación para vigilar a Ferrándiz, el cual merodeaba una zona de Castellón llamada «los Cipreses», la cual estaba repleta de discotecas y clubes nocturnos. Se dieron cuenta que, mientras estaba en ese lugar, actuaba de una forma un tanto sospechosa, acechando a mujeres, como si fuese a elegir nuevas víctimas.

En julio de 1998 lo intentó de nuevo, desinfló el neumático de una chica que salía de una de estas discotecas, la cual, posteriormente, tuvo un accidente debido a esto y, aunque no resultó muerta, Ferrándiz no puedo llevar a cabo su plan.

Todo este incidente fue presenciado por los agentes que lo vigilaban, los cuales detuvieron a Joaquín el día 29 de julio. Tras esta detención se procedió al registro de su casa y, en ella, se encontró un rollo de cinta adhesiva igual al empleado en el crimen de Sonia.

En su declaración, admitió haber violado a dos mujeres, pero negó haber estado envuelto en ningún asesinato. El 21 de octubre terminó admitiendo haber acabado con la vida de Sonia Rubio, Sandra García y de 3 prostitutas más que ejercían en la zona de Vora Viu. Los cuerpos fueron encontrados, ya en fase de esqueletización, en la orilla de un río, cerca de Villareal, a principios de 1996, pero no se les había vinculado a los crímenes que se cometieron después.

Las víctimas fueron, Natalia Archelos, de 24 años, Mercedes Vélez, de 29 y Francisca Salas, de 24.

Por estos crímenes, se detuvo como sospechoso a un camionero llamado Claudio Alba el 18 de enero de 1997, el cual fue encarcelado durante 5 meses hasta que, finalmente, se pudo comprobar su inocencia, al auto inculparse Ferrándiz de dichos crímenes.

El 14 de enero del 2000, Joaquín Ferrándiz fue declarado culpable de 5 cargos de asesinato, uno de intento de asesinato y otro de imprudencia con resultado de lesiones, por lo que se le condenó a 63 miseros años de prisión y a indemnizar a las familias de las víctimas con 130 millones de pesetas.

Juicio Joaquín Ferrándiz, Imagen de Google Imágenes

Pues bien, de esos 63, se han cumplido a penas 23 y, parece ser, que este animal, este demonio en la tierra, ya ha saldado su deuda, ya está listo para ser un miembro más de la sociedad. Un ser que no debería estar siquiera respirando el aire que todos respiramos, el cual ha sido etiquetado por expertos como Psicópata y que, a título personal, dudo que se reinserte. Va a deambular por las calles de nuestras ciudades en unos pocos días, junto a tu madre, tu hermana, tu hija, tu nieta o tu misma. Igual esa persona que te cruzas en la panadería o en el ambulatorio resulta ser este depredador.

Por desgracia, parece ser que la justicia no tiene las herramientas para evitar que vuelva a matar, pero si no la tienen ellos, ¿Quién la tiene?

Lo único que puedo decir es lo que me decía Walfram, el hermano de Marcos y tío de Patrick, el asesino de Pioz. «El que firme la puesta en libertad de mi sobrino, estará firmando la sentencia de muerte de alguna persona«.

Pues eso, que el encargado de firmar y autorizar la puesta en libertad de este monstruo tenga claro y presente que está firmando, casi sin ningún género de dudas, la sentencia de muerte de alguna o algunas personas inocentes.

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