El Caso Marta del Castillo es, sin duda, uno de los crímenes más desgarradores y mediáticos de la historia reciente en España. El 24 de enero de 2009, Marta, una joven de 17 años con una vida llena de ilusiones, desapareció sin dejar rastro tras salir de casa para encontrarse con su exnovio, Miguel Carcaño, en el número 78 de la calle León XIII, en Sevilla. Lo que parecía un día más, acabó marcando un antes y un después en la conciencia colectiva del país.
Desde ese momento, la familia de Marta —especialmente su padre, Antonio del Castillo— comenzó una incansable lucha por encontrarla y conocer la verdad. En los días siguientes, la policía centró su atención en Carcaño, quien acabó confesando haberla matado tras una discusión y aseguró que la había arrojado al río Guadalquivir. Sin embargo, esta fue solo la primera de hasta siete versiones distintas que ha llegado a proporcionar desde entonces.
A pesar de las búsquedas en el río, en vertederos y en otros puntos señalados por Carcaño, el cuerpo de Marta del Castillo nunca ha sido encontrado. Ese hecho ha sido siempre una de las grandes frustraciones del caso, no solo para su familia, sino para toda la sociedad, que durante años siguió cada avance con esperanza y consternación.
En el juicio, celebrado en 2011, Miguel Carcaño fue condenado a 21 años y 3 meses de prisión por el asesinato de Marta. No obstante, el caso se volvió especialmente complejo debido al número de personas implicadas y la falta de pruebas concluyentes contra muchos de ellos.
Uno de los personajes más polémicos del caso fue Francisco Javier García Marín, apodado “El Cuco”, menor de edad en el momento de los hechos. Fue condenado en 2011 a dos años y once meses en un centro de menores por encubrimiento, pero en 2022 fue nuevamente juzgado y condenado por mentir en el juicio de 2011, lo que supuso un nuevo golpe para la familia. Otros acusados, como Samuel Benítez y Francisco Javier Delgado (hermano de Carcaño), fueron absueltos por falta de pruebas.
A lo largo de los años, las múltiples versiones de Carcaño han sembrado la duda. En una de las últimas, acusó directamente a su hermano Francisco Javier como autor del crimen, asegurando que él solo había colaborado en el traslado del cuerpo. Sin embargo, los jueces consideraron su testimonio poco creíble y el caso no pudo reabrirse por falta de nuevos indicios.
Más de una década después, la pregunta sigue resonando: ¿Dónde está Marta del Castillo? Esa pregunta, que da título al documental de Netflix «¿Dónde está Marta?», ha sido el hilo conductor de la investigación periodística más profunda sobre el caso. La docuserie, estrenada en 2021, reúne testimonios de la familia, periodistas, peritos e investigadores que han seguido de cerca el caso desde el inicio, y refleja el dolor, la rabia y el desconcierto ante un crimen sin cuerpo y con demasiadas sombras.
El padre de Marta, Antonio del Castillo, ha sido durante todos estos años un símbolo de dignidad, constancia y lucha por la justicia. Su voz ha estado siempre presente, pidiendo que no se olvide el caso y exigiendo que se reformen las leyes para que ningún crimen quede sin resolver cuando hay indicios claros. También ha alzado la voz contra el silencio de los implicados, que aún hoy mantienen su versión sin ofrecer ninguna información sobre dónde está el cuerpo de Marta.
El caso de Marta del Castillo ha calado profundamente en la sociedad. Su historia ha hecho que muchas familias se sientan reflejadas, y ha llevado a replantearse aspectos como la justicia para las víctimas, la responsabilidad penal de los menores o el impacto de los juicios mediáticos. Marta no solo fue una víctima; se ha convertido en el nombre de una causa que no se apaga.
Hoy, Marta del Castillo sigue desaparecida. El asesino de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, cumple condena, pero el dolor de su familia no ha cesado, porque sin cuerpo no hay duelo, y sin duelo no hay paz.