El crimen del cortijo de los Galindos es uno de los misterios criminales más perturbadores y comentados de la historia reciente de España. Ocurrió el 22 de julio de 1975, en una finca agrícola de Paradas, Sevilla, donde fueron asesinadas cinco personas: el capataz del cortijo, su esposa, dos tractoristas y la esposa de uno de ellos. Las víctimas aparecieron muertas en distintos puntos de la propiedad, algunas golpeadas con una herramienta agrícola, el pajarito (una pieza metálica de una empacadora), otras quemadas parcialmente y otras con disparos. La escena del crimen fue alterada y no se preservaron las pruebas adecuadamente, lo que dificultó enormemente la investigación.
Durante años se plantearon numerosas hipótesis sobre quién fue el autor del crimen de los Galindos, sin llegar a conclusiones. La Guardia Civil investigó a trabajadores del cortijo, vecinos del pueblo y antiguos empleados, pero nunca hubo imputaciones firmes ni condenas. El caso quedó envuelto en un profundo silencio, acrecentado por el contexto social y político de la época: los hechos ocurrieron en plena Transición española, y algunos medios señalan que se quiso “tapar” lo sucedido para evitar mayor conmoción.
Una de las teorías más recientes y con mayor repercusión ha sido la expuesta por Juan Mateo Fernández de Córdova, hijo del propietario del cortijo, quien en su libro “El crimen de Los Galindos: toda la verdad” plantea que el móvil del crimen fue un fraude económico millonario relacionado con la cooperativa agraria Coduva, donde el capataz habría descubierto irregularidades y planeaba informar a los dueños. Según esta versión, los asesinatos fueron una operación de silenciar testigos, lo que explicaría la muerte en cadena de todos los presentes.
El crimen de los Galindos ha generado numerosas publicaciones, entrevistas y hasta una reciente serie de televisión. La falta de resolución, la brutalidad del hecho y el silencio de los implicados han hecho que muchas personas sigan preguntándose qué pasó en el crimen de los Galindos, quién lo cometió y por qué nunca se supo la verdad.
Hoy, casi 50 años después, el caso sigue sin esclarecerse, pero mantiene viva la atención de los amantes del true crime, los criminólogos y quienes siguen creyendo que algún día la verdad saldrá a la luz.