El crimen de la katana. José Rabadán como hemos dicho anteriormente llega a Alicante, allí en los alrededores de la estación, conoce a un joven llamado Oliver. Extrañamente, entre ambos surge una amistad intensa. Oliver vive en una chabola con su abuela, e insta a José a que lo acompañe para pasar la noche.
Oliver. Ilustración de Triun Arts.
El crimen de la katana
Durante el transcurso de esa noche, Rabadán, como hemos dicho antes, parece haber estrechado lazos de forma incomprensible, confesándole a su nuevo amigo, que ha matado a una persona. Em un primer momento, El joven no se lo cree, pero entonces José se levanta su camiseta y enseña su ropa interior, la cual, como ya comentamos esta manchada de sangre.
Oliver, en lugar de asustarse o denunciarlo, le ayuda a deshacerse de esta prueba lanzando dicha ropa a una hoguera.
El joven asesino, cuenta sus planes a su confidente y al día siguiente, ambos se acercan a una cabina para llamar a la novia de Rabadán.
Le cuenta que está en Alicante y que su plan es, coger el tren muy temprano y salir dirección a Barcelona. La chica, le presenta por teléfono a joven para quedar con Oliver, y es, está la que al contarle lo sucedido, termina denunciando a Rabadán y contando que está en Alicante.
Viaje hacia el fin
José y Oliver. Se dirigen a la estación siendo aun casi de noche, apunto de amanecer. El recinto está vacío casi desierto, solo un vigilante deambula controlando que todo esté en orden.
Este vigilante, al ver a Rabadán le resulta familiar. Se acerca al quiosco de prensa y al ver el rostro de dicho chico en todos los titulares buscado por la policía como presunto autor del parricidio, llama a las autoridades. Estas no tardan en personarse y detienen sin ningún problema ni desobediencia a José y a Oliver.
Recreación de la detención. Ilustración de Triun Arts.
Cuando declara deja perplejos a todos. Los investigadores, habían elucubrado con muchas de las cosas encontradas en el piso de los horrores, por ejemplo, las bolsas de las cabezas en las víctimas, estos, habían especulado que seguramente era para no mirarlos a la cara. Al ser preguntado el por qué lo hizo, José dice que fue simplemente para no ponerlo todo perdido, que estaban sangrando mucho y así evitaba ensuciar más de lo que ya lo había hecho.
Todo tiene una explicación más simple
En cuanto al video juego, las especulaciones también fueron más grandes de lo que en realidad era, Rabadán comento que sí, que le gustaba, que había jugado alguna vez pero que tampoco le fascinaba ni lo tenía como referente de nada.
A la pregunta de porque terminó con la vida de su hermana, este dijo que simple y llanamente por compasión. Al tratarse de una pequeña con síndrome de Down, creyó que era lo mejor, matarla y no hacerla sufrir sin padres.
Lo que heló la sangre de los investigadores era, lo frío que se mostraba el asesino, no reflejaba arrepentimiento, empatía, pena o lástima por las víctimas, nada, no mostraba nada, relataba los hechos, con el mismo sentimiento que un camarero puede relatar el menú del día.
Recreación del padre con la bolsa en la cabeza. Ilustración de Triun Arts.
Ley del menor
Finalmente, José Rabadán fue juzgado por la nueva ley del menor, entrada en vigor unos meses antes. Su condena fue de 6 años de internamiento y dos de libertad vigilada. Pasó 8 meses en la prisión de Sangonera, en Murcia y el resto de su condena en el centro de menores de La Zarza, de donde salió en libertad en diciembre de 2005.
Los informes favorables de los educadores hicieron posible que su puesta en libertad se adelantase.
La asociación evangélica Nueva Vida, le dio un lugar donde vivir en una Cantabria, acogiéndolo para cumplir su libertad vigilada que se terminó en 2008.
Poco se sabía del joven hasta que diez años después, concedió una entrevista para un documental. Gracias a este documental pudimos saber que, se casó, tiene trabajo como bróker y, además, es padre de una niña. Lleva una vida completamente normal y hasta ese momento, anónima.
Preguntas
Finalmente, el caso del asesino de la Katana, nos hace plantearnos varias cuestiones. Primera, es posible que una persona que propinó más de 70 golpes de machete y katana a sus familiares hasta acabar con su vida, puede reinsertarse. Segundo, esa reinserción, es quizás una farsa, quiero decir, es posible que, si en algún momento, alguien con una psicopatía como la de este individuo, vuelve a tener una motivación como la que tuvo en su momento, ¿volvería a recurrir a la violencia y la muerte?
Y tercero, sabemos que el psicópata, no está enfermo, por lo que no tiene cura, por lo que José, sigue siendo un psicópata, así que. ¿Está su familia segura durmiendo a su lado?
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